Juana de Portugal (1439-1475) fue una princesa portuguesa que se convirtió en reina consorte de Castilla por su matrimonio con Enrique IV de Castilla. Se casaron en 1455 y tuvieron una hija, la futura reina Juana la Beltraneja.
Juana de Portugal fue una figura importante en la corte castellana y desempeñó un papel político significativo durante el reinado de su marido. Sin embargo, su matrimonio fue objeto de controversia y surgieron rumores sobre su infidelidad y la paternidad de su hija.
Tras la muerte de Enrique IV en 1474, Juana de Portugal se vio envuelta en la guerra de sucesión castellana entre su hija Juana la Beltraneja y su sobrina Isabel la Católica. Esta guerra finalmente llevó a la unificación de Castilla y Aragón bajo el reinado de Isabel la Católica, quien se convirtió en una de las reinas más influyentes de la historia de España.
Juana de Portugal falleció en 1475 en un convento en Madrid, donde se retiró tras la derrota de su hija en la guerra de sucesión castellana. Aunque su papel en la historia fue eclipsado por el de su sobrina Isabel la Católica, Juana de Portugal fue una figura importante en la política de su tiempo y dejó un legado duradero en la historia de España.
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